Hace casi un año BMW lanzó la versión renovada del i3 con que aumentaba la capacidad de la batería hasta los 120 Ah, permitiendo alcanzar una autonomía de hasta 300 km en ciclo WLTP. Desde entonces este modelo se ha afianzado como uno de los mejores coches eléctricos del mercado. Pero eso lo decíamos por los datos que nos llegaban, no hablábamos con conocimiento de causa. Pero ahora sí que podemos decirlo abiertamente, conducir un BMW i3 es realmente una experiencia diferente. Te explicamos como fue nuestra prueba con este BMW 100% eléctrico.
Aspecto del BMW i3
Lo primero que ya nos llama la atención es su aspecto bicromático donde combina la chapa negra con un tono cobrizo que domina todo el vehículo. Aún siendo un 4 puertas es un coche más largo que lo que uno pudiera pensar (el maletero, de 260 litros, es más espacioso que otro tipo de eléctricos) y su espacio interior es muy ancho (aunque el techo es bajo). Uno de los detalles que más nos ha gustado son las llantas del coche que deja al descubierto todo el mecanismo.
Conectividad total
Antes de meternos dentro del BMW i3 hay que hablar también de este mando sin llave, un mando que forma parte de la conectividad total del i3. Y es que para abrir el coche no hace falta ni apretar el botón, pues solo con acercarte con el mando en la mano, el sistema reconocerá el mando y el pestillo de la puerta del piloto se levantará para que abras la puerta. Un punto que habla mucho del detallismo tecnológico de BMW.
De hecho, esta conectividad ligada al mando también se aplica a la hora de encender el motor del coche. Cuando entras en el coche y te sientas en el cómodo asiento puedes dejar el mando en uno de los huecos y simplemente con pisar el freno y apretar el botón de Start/ Stop situado en el volante, si conecta con el mando se enciende. Sin llave y sin truco. Solo tecnología BMW.
Las pantallas del i3
Con el motor encendido, solo deberemos apretar el freno y poner el joystick que hay en el volante en modo “D” y ahora sí, acelerar para iniciar la marcha. El cuadro de mandos en el salpicadero nos informará en todo momento de lo que hacemos. Si lees Ready, ya puedes tirar adelante. En esta pantalla nos dará la velocidad, la carga de batería que tenemos, el modo de conducción con el que manejamos el coche (COMFORT, ECOPRO, ECOPRO+), la temperatura exterior, etc.
Al lado, en el centro del salpicadero nos encontramos una consola de 10’25 pulgadas donde podremos controlar la radio, el teléfono, el GPS, la información en tiempo real del consumo del vehículo, el Connected Drive que te informa de todos los aspectos que afectan a tu conducción y un cuadro de notificaciones que te avisa de cualquier fallo que detecte el programa (puertas abiertas, neumáticos con poca presión…). Para desplazarse por estas opciones debemos fijarnos en el joystick redondo que hay en el espacio donde habría el cambio de marchas. Este espacio dispone de varios huecos donde dejar el mando, las llaves, el móvil, etc. Pero no son los únicos huecos que hay en el coche, pues, sea en el salpicadero como en los laterales, hay bandejas y todo tipo de espacios para dejar nuestros objetos más cuotidianos.
Detalles futuristas y eco del BMW i3
Otros detalles que nos encantan son las aperturas de las puertas traseras. Para abrirlas debemos abrir antes las del piloto y el copiloto y desde el interior hay una palanca que acciona la apertura en el sentido contrario que las puertas delanteras. Un detalle más, futurista, que, bien hay que decirlo, puede resultar un poco engorroso para acceder o salir desde detrás. Y vale la pena destacar también, siguiendo la filosofía de reducir el impacto medioambiental de la compañía, el material reciclado, suave y acolchado con el que está revestido gran parte del coche.
La cómoda conducción del i3
Una vez al volante nos ponemos en marcha. Con el selector clavado en “D”, iniciamos la marcha pisando el acelerador. No es un pedal blando que ceda rápidamente, pero tampoco es muy duro. Se controla perfectamente y sientes como se acelera muy lentamente. Pero si decides apretar un poco más el acelerador puedes sentir el reprís en toda su potencia. Es la sensación de quedarte clavado en el respaldo del asiento, pues de 0 a 100 km se puede poner en 7’3 segundos. Este coche eléctrico tiene una potencia eléctrica de 125 kW (170 CV). Además, si uno está acostumbrado a un coche de combustión, la sensación al no sentir ningún otro ruido que el del deslizamiento de las ruedas es sorprendente. Así debería ser siempre.
Pero, aunque bien parezca que uno se pueda “flipar”, este coche tiene la velocidad limitada a 150 km/h y además transmite una gran sensación de seguridad en todo momento. Precisamente otro de los detalles que nos hace sentirnos más seguros, al mismo tiempo que ofrece una conducción más cómoda, es la tremenda retención que tiene por si solo el coche. Si dejas de acelerar, el mismo coche se va frenando y, dependiendo de la velocidad y de lo llano que sea la carretera, hasta puede llegar a pararse en muy poco tiempo, sin haber pisado en ningún momento el freno. A eso le llamo yo una conducción fácil.
Cargar el BMW i3
Nos dieron el BMW i3 cargado hasta el máximo y aunque no gastamos ni la mitad de la carga, sí que vimos que el consumo bajó un poco más de lo que habíamos recorrido. Y es que dependiendo del modo de conducción en que estés, el consumo eléctrico es mayor o menor. Por eso, como pasa en todos vehículos eléctricos, la autonomía prometida de 300 km se cumple dependiendo de como conduzcas el i3. Y hablando de autonomía y carga, aunque no hemos tenido que enchufarlo, bien vale la pena recordar que este BMW se puede cargar hasta el 80% (carga con la cual se puede circular por la ciudad durante una semana) con solo 45 minutos.