En una reciente visita a la ciudad de Campinas, en el interior del estado de São Paulo, encontramos una pista de karts eléctricos de alquiler que nos ha dejado muy buen sabor de boca. El karting se encuentra en el complejo del Parque Dom Pedro Shopping, que ostenta el récord de ser el mayor centro comercial de América Latina. Un trazado de asfalto al aire libre, tomando ventaja de la envidiable climatología de la región, acoge una flota de bólidos que han sido convertidos para funcionar únicamente con electricidad.
Según nos explica Fellipe Saldanha -fundador de Kart Fly– tras desarrollar un BMS (Battery Management System) modular y probarlo con éxito sobre un kart, al tratarse de una plataforma sencilla de poner en marcha; surgió la oportunidad de transformar un circuito de karts convencional en lo que es ahora: el primer karting eléctrico de Latinoamérica. La pista se encontraba en desuso por las constantes quejas relativas al ruido de los monoplazas, además de incumplir las normativas del recinto en materia de seguridad vinculadas con el almacenamiento de combustible.
Además de ser un proyecto pionero en el continente, lo que diferencia Kart Fly de lo que podemos encontrar en Europa es que no se ha limitado a adquirir una flota llave en mano y explotar el negocio de alquiler, sino que han aprovechado la estructura de los karts existentes y el circuito en sí, reutilizando aquello que sirve y eliminando lo que había provocado el cierre de la pista. Una bonita historia que además de no ensuciar el entorno ha mejorado las prestaciones de los vehículos. Incluso quien haya construido y pilotado karts eléctricos con diferentes configuraciones de grupo propulsor, quedará gratamente sorprendido.
El sistema motriz utilizado por Kart Fly consiste en un potente motor trifásico de inducción, alimentado por una batería LiFePO4 compuesta por 24 celdas de 40Ah gobernadas por el BMS de desarrollo propio que han optimizado para esta aplicación. Para la transmisión, comentan que a pesar de haber opciones más silenciosas y limpias como la correa dentada, han optado por una simple cadena que permite dar un cierto feedback al piloto sobre la velocidad a la que corre. El ruido no llega a ser molesto y tratándose de un circuito de carreras, añade emoción también para los espectadores.
Siendo Brasil un país capaz de abastecer su demanda de energía eléctrica hasta en un 95% con fuentes renovables, tiene todavía más sentido la implementación de vehículos eléctricos. Aunque la movilidad eléctrica como transporte de personas y mercancías todavía está en fase embrionaria en el gigante sudamericano, emprendedores como Fellipe ya empiezan a preparar el camino de lo que podría suponer un fuerte impulso para la economía del país. Desde Electrocoches aplaudimos la iniciativa de Kart Fly deseando que se expanda a otras regiones, ayudando a popularizar las bondades de la propulsión eléctrica.
Fuente: KartFly